sábado, 22 de diciembre de 2012

ISABEL

UNA DESPEDIDA Y UN COMIENZO


El jueves compartí con mis estudiantes de Lengua Española II del Grado en Humanidades posiblemente la que ha sido la mejor clase desde que soy docente en la UAH. Sin duda la mejor clase del curso. No tengo aún mucha práctica, ni costumbre, de reflexionar conscientemente sobre mi actuación docente, pero, el jueves, el hecho de que fuera una clase emocional e intelectualmente intensa, y el hecho de tener hora y media en el tren me empujaron a hacerlo.

Tras dos años con este grupo (aunque ha habido abandonos del Grado, y sobre todo, ha habido incorporaciones valiosísimas), puedo afirmar que son un gran grupo de estudiantes. Se han asomado por primera vez a la lengua desde el punto de vista de la lingüística formal, con premisas de análisis científico, con un punto de vista a veces interlingüístico, que no siempre es fácil de adoptar para ellos…. y lo han hecho con curiosidad, con reflexión, con capacidad de hacer buenas hipótesis (de hecho a algunas de ellas les hemos puesto los nombres propios de los creadores) y siempre con expectación (con esa cara de ¿a ver qué nos propone hoy…? que tanto me gusta). Son, sobre todo, personas a las que respeto, que me han enseñado cosas y que me han sorprendido varias veces. Personas sobre las que tengo grandes expectativas y a muchas de las cuales aprecio personalmente. Son, en definitiva, las personas con las que he compartido los dos primeros años que he pasado en la UAH y no los olvidaré... Pero volvamos a la clase.

¿Por qué creo yo que ha sido la mejor clase del año? ¿Por qué ha sido la última antes de Navidad? Sin duda eso ha contribuido. Saber que es la última clase crea un clima emocional propicio para la valoración de lo positivo, para relajar el estrés, para fomentar la emotividad y la sensación de pertenencia. Pero creo que ha sido algo más.

El jueves construimos un tipo de clase que creo que refleja el modo de trabajo en el que me siento más cómoda. Una clase (una hora en principio, que se convirtieron en dos sin que se marcharan más que tres personas J ) dedicada a plantear una sola noción: la noción de oración. En las clases anteriores habíamos trabajado sobre qué es un sintagma, y sobre todo, por qué se propone la existencia de esta unidad (esto nos costó… entender la “existencia” de los sintagmas como una hipótesis sobre cómo funciona el componente sintáctico, y no como un objeto que podamos observar directamente… y que existe –y se estudia– “porque sí, porque si está en los libros será importante”…). Y habíamos definido sintagma como el conjunto de palabras estructurado en torno a un núcleo que le da su categoría, y que guarda una relación de dependencia con otro núcleo/sintagma. En este contexto, la pregunta con la que abrimos la clase del jueves fue: si el sintagma es la unidad primitiva de la sintaxis ¿qué es la oración? ¿cuál es su núcleo? ¿es un sintagma sin núcleo? ¿es otra cosa? ¿queremos decir que la sintaxis maneja dos tipos de unidades básicas: sintagmas y oraciones? ¿qué teoría es mejor: una teoría con un solo tipo de primitivo o con dos? ¿es este un problema empírico o se pueden evaluar las hipótesis en función de su adecuación explicativa? Este fue el punto de partida. El punto de llegada, el SC (Sintagma Conjunción, como lo llamamos; Sintagma Nexo, como lo llamaron ellos…). Entre ambos: interrogación y diálogo reflexivos, mucha tiza, miradas de interés, caras de expectación por cómo iba a seguir el razonamiento, y por encima de todo preguntas oportunísimas e inteligentísimas:  ¿se puede proponer la existencia un núcleo nulo si nunca se realiza explícitamente -i.e. cuál es el núcleo del SC en las oraciones matrices/no subordinadas-? ¿puede que la noción de oración no sea relevante en la sintaxis pero sí en la semántica (proposición)? ¿son los ‘nombres’ de las oraciones entonces meras etiquetas descriptivas?... (algunas de estas preguntas son resultado de mi “traducción dialógica”, otras me las preguntaron tal cual… son buenos… os lo dije). En suma, pensamiento científico en estado puro.

Pero lo que más me sorprendió, lo que me ha llevado a hacer esta reflexión, fue su entusiasmo al ver que se daban cuenta de que cosas que habían aprendido con anterioridad “porque sí” tienen un porqué “de verdad”, y también el percibir en ellos la sensación de que de pronto “todo encaja”, como en un puzzle. Creo que entendieron qué era lo que ya sabían, que era lo nuevo que estábamos intentando construir, como esto constituía un avance en su conocimiento y porqué ese avance era relevante (creo, en definitiva, que estábamos plenamente en la ZDP, al menos respecto a algunos de ellos).

Y entonces ocurrió algo inesperado para mí. Algunas personas “miraron hacia atrás en el tiempo”: “¿Pero por qué no nos han explicado esto así antes?” “Así tiene mucho más sentido” “¿Pero si todo eso está mal, por qué no los cuentan?”…

Después de esto, despedidas navideñas y un “hasta pronto”. Y aunque es cierto que nos volveremos a ver, este texto, me doy cuenta, es una despedida: mis querid@s chic@s del Grado en Humanidades, cursos 2011-2012, 2012-2013, hasta siempre.

Pero esta despedida encierra un comienzo. Creo haber encontrado un modo de dar clase que me permite desarrollar lo que creo que a día de hoy hago menos mal en mi práctica docente y que conecta también con mi actividad investigadora: el modelo de enseñanza reflexiva.


He decidido editar este post y añadir esto: realmente no sé si en esta clase que describo estábamos solo siete personas (de las que puedo afirmar todo lo que digo arriba) o el grupo entero... Pero esto es un tema para otro post...

Si a alguien le interesa, os dejo la bibliografía que nos pasó José Luis Medina (UB) en el taller impartido en el MADU sobre el modelo de enseñanza reflexiva en el EEES. Para mí es el comienzo de un camino por explorar.

1. Bárcena, F. (1994). La práctica reflexiva en educación. Madrid: Complutense. 
2. Brockbank,  A.  y  McGill.  (2002)  Aprendizaje reflexivo en la educación superior. Madrid: Morata 
3. Havery,  L.  Y  Knight  (1996)  Transforming higher education. London:  Open  University Press. 
4. Knight, P. (2995) El profesorado de educación superior. Madrid: Narcea 
5. Perrenoud.  P  ((2004)  Desarrollar  la  práctica  reflexiva  en  el  oficio  de enseñar. Barcelona: Graó. 
6. Peters, J. (1987). La reflexión: un concepto clave en la educación del profesor. Revista de Educación(282), 191‐201. 
7. Schön,  D.  (1992).  La formación de profesionales reflexivos. Hacia un nuevo diseño de la formación y el aprendizaje en las profesiones.  Madrid:  Paidós MEC. 


Como mera anécdota para cerrar este post. En el propio taller de José Luis Medina, nos hablaron de un profesor de física, considerado uno de los mejores profesores de la UB, que construye pizarras como estas... (calificadas por sus alumnos como hipertextos). Paradógicamente, el otro día encontré esta misma foto en una web que se llama "desmotivaciones" (o similar). Qué curioso...



jueves, 20 de diciembre de 2012

Paco Imbernón sobre la reforma educativa

Isabel

Os dejo aquí estas palabras de Francisco Imbernón en EL PAÍS del 13/12/2012, sobre las ideas educativas del gobierno  (Gracias, Norberto, por mandarlo)

Clipped from:  http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/09/13/actualidad/1347564167_553563.html

Una reforma ideológica 

El Gobierno presenta su reforma educativa en la línea de las propuestas que lanzó antes de verano. Aunque abrió una consulta en la web, no ha habido el debate que nos urgía, y en las conclusiones es fácil ver cómo el ministerio lleva el agua a su molino. En los últimos 30 años España ha tenido tres grandes reformas (LOGSE, LOCE y LOE), y cinco en 50 años. Mientras, los países referencia por sus resultados académicos han mantenido sus grandes leyes, y se han limitado a reformas parciales. Si en España fuésemos capaces de consensuar una ley no necesitaríamos estos golpes de timón con cada Gobierno.

La educación se asimila a ideología y las políticas educativas son políticas ideológicas, no solo en los grandes temas (religión contra ciudadanía...), sino en el currículum oculto (el determinismo social, el autoritarismo, la selección…). En realidad, más que reformas educativas son contrarreformas, hay que eliminar la herencia recibida, no importa que haya sido un intento de innovación, y además se hace sin probar su invalidez. En el sector eso genera desconcierto, desilusión, resignación y grandes acopios de paciencia.

Esta reforma responde a un modelo ideológico: recentralización, aceptar la educación diferenciada (para poder subvencionar a sus grupos de presión), eliminación de la educación de la ciudadanía y sustitución por una asignatura más afín a su ideología, la evaluación como medición, la desconfianza en el profesorado, una menor participación de los padres y madres, segregación temprana en la ESO, eliminación progresiva de la comprensividad, movilidad forzosa del profesorado (con lo que cuesta cohesionar un equipo docente)...

Este modelo defiende que el fracaso escolar se elimina con mano dura, considera la evaluación un instrumento de selección y no de mejora, quiere crear ciudadanos disciplinados que salgan bien en la foto PISA, persigue la empleabilidad y no se hace garante de una cultura y una educación para todos. Y todo ello se argumenta pero no se prueba, basta con pregonarlo.

Al Gobierno de Aznar se le quedó en el tintero y este no ha tardado en presentar su proyecto, pues considera el sistema educativo un foco de adoctrinamiento. Sin consenso ni debate, con una consulta mínima, lo peor del anteproyecto es que no construye la escuela del futuro, sino que recupera la mala escuela del pasado con alguna nueva idea interesante. A un Gobierno se le pide que anticipe el futuro. Este no es el caso, por supuesto.

Francisco Imbernón es catedrático de Pedagogía de la Universidad de Barcelona.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Información extra

 Laura

Dejo el enlace a una breve entrevista a la prof. de la Facultad de Derecho de la UAH Dra. Dña. Isabel Cano, publicada en la página electrónica de la UAH, puesto que me parece muy interesante y útil el trabajo que está desarrollando:

http://www2.uah.es/diariodigital/index.php?option=com_content&task=view&id=6611&Itemid=1

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Descripción del trabajo de la Tríada 2m+

LAURA


El trabajo que se va a desarrollar en las próximas sesiones constituye el TFM del Máster en Docencia universitaria. Para ello, las tres personas que formamos la tríada[1] 2m+ -Isabel, Silvia y Laura- debemos reflexionar acerca de nuestra práctica docente y localizar los puntos débiles del proceso de enseñanza que deben ser reforzados, así como los ‘temores’ –implícitos o explícitos- que nos provoca dicho proceso (1ª sesión: individual).
Los roles necesarios para llevar a cabo el diálogo reflexivo, la propuesta de innovación docente así como su ejecución y la nueva reflexión son tres, fundamentalmente:
1.      Presentador es el profesor que necesita implantar una innovación para mejorar su práctica docente.
2.      Capacitador es el compañero que mantiene un diálogo reflexivo (guiado por preguntas del tipo cómo sabes…, qué quieres decir…, etc.). En definitiva, es quien capacita al presentador para que asuma la responsabilidad primaria de la sesión de información (BROCKBANK y McGRILL 1999:141).
3.      Informador es el compañero que observa las sesiones reflexivas acerca de la práctica docente del presentador y el que facilita retroalimentación al capacitador para que consiga ser un verdadero capacitador y al presentador, si lo considera oportuno.

Una vez realizada la introspección o análisis individual, es decir, una vez observada desde el otro yo nuestra práctica docente, debemos reunirnos con las otras dos personas que forman parte de la tríada y el facilitador (profesor del Máster). En esta primera sesión en grupo, como presentadoras explicaremos a la capacitadora cuáles son los problemas encontrados y, mediante una reflexión guiada por preguntas de esta, seremos capaces de ver aspectos no visibles en la indagación individual. De este modo, podremos proponer soluciones a los problemas/temores encontrados, es decir, estaremos en condiciones de plantear una innovación docente. Esta sesión será observada por la informadora para proporcionar feedback a la capacitadora y participar en el diálogo reflexivo.
Tras esta primera sesión, como presentadoras prepararemos la clase en la que se ejecutará la innovación y le entregaremos un plan de trabajo a la capacitadora, quien acudirá a la sesión para observar lo que sucede en la implantación de la innovación y, tras ella, nos volveremos a reunir con los miembros de la tríada a fin de establecer si la innovación ha sido adecuada, si persisten los problemas o si surgen nuevos; es decir, volveremos a mantener un diálogo reflexivo.
Los roles de presentador, capacitador e informador serán desempeñados por las tres personas que conforman esta tríada. Cuando Silvia sea presentadora, Isabel y Laura serán capacitadora e informadora; cuando Isabel sea presentadora, Silvia y Laura desempeñarán los otros dos roles y, de igual modo, cuando Laura sea presentadora. Todo el trabajo de la tríada 2m+ estará supervisado por nuestro facilitador Alejandro Iborra.
Gracias a este sistema de trabajo, se fomenta la práctica reflexiva tanto a nivel individual (introspección) como a nivel grupal (diálogo y sesiones reflexivas). El profesor debería reflexionar acerca de su práctica tras la sesión docente, tanto si ha sido un éxito como si han surgido problemas, puesto que siempre hay cuestiones que pueden ser mejoradas. Del mismo modo, se debería fomentar las sesiones o diálogos reflexivos entre pares y con los alumnos para tener una panorámica mayor del proceso enseñanza-aprendizaje llevado a cabo. En este blog irán apareciendo, en la medida de lo posible, comentarios acerca de las actividades que se van a desarrollar dentro de la tríada así como los inconvenientes con los que nos encontremos.
Si os interesa el modelo de trabajo, os animamos a leer
BROCKBANK A. e I. McGRILL (2002): “Desarrollo en la práctica reflexiva: El diálogo reflexivo del docente con sus colegas”, en BROCKBANK A. e I. McGRILL Aprendizaje reflexivo en la educación superior, Madrid: Morata, pp. 127-146


[1] El trabajo con tríadas fue propuesto por A. BROCKBANK e I. McGRILL.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Aprendizaje cooperativo, aprendizaje colaborativo y la realidad en la escuela. Silvia

Os dejo aquí una pequeña reflexión que me ha surgido al leer las diferencias que existen entre el aprendizaje cooperativo y el aprendizaje colaborativo. Cuando pretendemos que nuestros alumnos trabajen en grupo para adquirir nuevos conocimientos estamos potenciando el aprendizaje cooperativo: el profesor actúa de maestro de ceremonias y va guiando a sus alumnos - en grupo - para que alcancen los conocimientos que él espera. Por el contrario, con el aprendizaje colaborativo, el profesor es uno más del grupo y se procura que, entre todos, se alcance el conocimiento, esperado o no. El aprendizaje cooperativo es mejor para el trabajo en la educación primaria (también en la secundaria) mientras que el aprendizaje colaborativo será más adecuado para los niveles superiores de enseñanza. Bien, pero vámonos a las aulas. Mi experiencia en las aulas de primaria y secundaria es que los alumnos tienen que obtener al final una calificación y que en la escuela se les prepara para enfrentarse al mundo real, un mundo altamente competitivo; en este punto, los padres tienen (tenemos) mucha culpa: tienes que ser el mejor; pero los profesores y el sistema educativo también (en mi ciudad el Ayuntamiento concede un premio al mejor de cada curso y colegio de forma anual). Creo, francamente, que es imposible fomentar el aprendizeje cooperativo con este planteamiento. Tengo también mis dudas con respecto al aprendizaje colaborativo, al menos puesto en práctica. Sería fantástico que los estudiantes de los niveles superiores pudieran alcanzar el conocimiento a través de este tipo de aprendizaje, en el que el profesor simplemente les acompaña. Pero, ¿cuál sería el trabajo que tendrían que hacer en casa? Enorme, desproporcionado quizás. Lo que quiero decir es que, hasta donde yo sé, la capacidad de llegar a conclusiones acertadas (y evito conscientemente la palabra correctas) implica la adquisición de conocimientos: en la disciplina que yo enseño y en la que investigo esto quiere decir que tendrían que realizar un elevadísimo número de lecturas (fuera del aula, el tiempo de las clases es el que es). Con toda seguridad, esto les produciría ansiedad al no ser capaces de abarcar todo lo que deben o lo que quieren (recordemos que no solo están matriculados de nuestra materia; en ocasiones de muchas más). Os dejo aquí estas dos dudas a ver qué me contáis. Silvia