Hasta hace poco tiempo en las aulas de la Universidad imperaba un tipo
de docente y, con ello, un tipo de alumnado que podemos denominar, para
entendernos, ‘tradicional’ o ‘técnico’ y, aunque recientemente han surgido
alternativas a este modelo, aún es fácil encontrar a algún docente de este
tipo. La metodología adoptada por este profesional consiste en la explicación
de la lección y de los contenidos para que el estudiante los aprenda y la
posterior evaluación del nivel de conocimientos adquiridos. Mediante este proceso
‘exposición-evaluación’ se favorece el papel pasivo del alumnado, cuya
preocupación radica en aprender aprender-memorizar las explicaciones del
‘evaluador’ y plasmarlos en el examen, sin preocuparse por entender,
reflexionar, cuestionar… Entiéndase esta explicación como una descripción
extremista de este modelo de aprendizaje y que, como cabe esperar, ni todos los
docentes que optan por este modelo carecen de preocupación por el alumnado, ni
todos los estudiantes aprenden de forma memorística y sin participar
activamente en todo el proceso.
Frente a este, empezamos a observar en las aulas al
docente-facilitador cuyo rol es ofrecer al alumnado las herramientas que le
permitan indagar, buscar, reflexionar, criticar; en pocas palabras, que
favorezcan su autoaprendizaje. A través de esta metodología, el docente fomenta
el interés por aprender de los estudiantes y los capacita ante cualquier
obstáculo a nivel profesional con el que se encuentre. Se persigue, por tanto,
una enseñanza co-operativa.
Del mismo modo que en el caso anterior, no podemos afirmar que todos
los docentes que adoptan esta metodología consigan lo que persiguen, si, en el
mejor de los casos, lo persigue y no asume este proceso de enseñanza porque le
viene impuesto.
Como con todo, existe una variedad –quizá mayoritaria hoy en día- que
se encuentra a medio camino entre el docente ‘técnico’ y el docente ‘crítico. En este blog podréis
encontrar comentarios y material que susciten el interés hacia el cambio del
proceso-aprendizaje que se está produciendo en los últimos años en las aulas de
la Universidad.
¿Ambas metodologías son
realmente opuestas? ¿No sería mejor hacer una propuesta híbrida con lo mejor de
cada una porque cada una posee ventajas e inconvenientes? ¿Todo
docente/estudiante está preparado para asumir este cambio de proceso
enseñanza-aprendizaje?
¿Qué hay de una tercera vía? Mirad el proyecto "Integrated Science Curriculum" (ISC). Aprender a hacer ciencia es hacer ciencia. Aprender se disuelve.
ResponderEliminarhttp://www.perlsteinlab.com/blog/a-paper-based-approach-to-undergraduate-biology
http://www.princeton.edu/integratedscience/
Hola Norberto!! Bienvenido a nuestro blog.
ResponderEliminarParece muy interesante el proyecto; voy a leerlo despacio porque hasta ahora solo he podido ojearlo. Muchas gracias!!
Norberto, gracias por los enlaces. Últimamente comentamos mucho como 'aprender' se disuelve en otras cosas, como 'comprender o interpretar' o en 'hacer ciencia'. Es un tema francamente interesante esa aparente indefinición de qué es aprender... Espero poder echarle un vistazo en algún momento a lo que nos sugieres. Mil gracias, vuelve por aquí cuando quieras...
ResponderEliminarIsabel Pérez-Jiménez